He bailado con el diablo
meneando el rabo para cada lado,
mientras se me reía en la cara
en una inmensa carcajada.

Me fui consumiendo
de afuera hacia dentro.
repleto de tormentos.
Mientras entre pesadillas despierto.

Camino en la inmensidad
a ciegas entre tanta oscuridad,
sin rumbo, sin destino.
Me enmaraño entre telas de araña
cayendo preso, preso de uno mismo.

Te oprimen la cabeza, hasta morder
el barro, para después liberarte
y darte amor con sabor amargo.

Intoxicado, muerto y agonizando,
cada dia es un despertar
sin saber dónde estar.
divinas pastillas
me obligan a no pensar.
La calma llega después de la tormenta
pero nunca sale el sol.