No hay más demonios
Que mí propia debilidad.
No hay ceguera más grande
Que despojarte de los sentidos.
Que todo fluya cuando
El río está revuelto.
Alejarme de todo bien
Y de todo mal.
No odiar, no amar, no condenar
No seguir, no insistir.
Que lo que se tuvo que ir,
Se fue sin ganas de volver.
No insisto no persigo, ya no pregunto
Muero en mi condena
Hoy decidí dejar de ser carga
Y que me suelten.
Reniego de lo que fue, porque
No es mi aquí ni mi instante.
Bolsa de errores
Amor que maté,.
Y un final escrito en limón.