Evelyn se despertó una hora antes que sonara el despertador. Desde que estuvo internada y en rehabilitación que sufría de trastornos del sueño y dormía muy poco de noche con pesadillas recurrentes. Como de costumbre, después de dar varias vueltas en la cama, mufo, se levantó y se metió debajo de la ducha con agua caliente inundando el baño de un vapor intenso.  dejó caer por un rato, la fuerza del agua en su rostro y su espalda. Al salir tomó el toallon blanco que había dejado colgado del perchero, caminó y se puso a secarse frente al espejo de pared. Se miraba su rostro, su cabello mojado, se pasaba la toalla por todo su cuerpo desnudo, deteniéndose sobre la cicatriz en el hombro y otro justo en el centro de su pecho.

Se vistió, colocó el revólver en la cintura en la parte de la espalda que quedó tapada con la campera larga. Se sirvió café negro, sonó su despertador y lo apagó. Encendió el televisor conociendo la noticia de último momento. Cómo un hecho sincronizado, el comisario principal, Osvaldo Nuñez, la llama al celular y le pasa los detalles del hallazgo, que ella en ese instante estaba mirando. El cadáver de Mercedes Arias dentro de una alcantarilla. Cortó con su jefe y en voz alta pensó irónicamente, que linda manera de volver a trabajar después de una licencia de 8 meses; Con una muerta en pleno centro porteño.

Llegó hasta las inmediaciones en su auto particular, caminó hasta el vallado de cinta policial, al pasarla por debajo, un agente se le acercó y le dijo que se retirará de la zona que estaba prohibida a transeúntes. Evelyn, sacó su identificación del bolsillo con un rostro que no pudo ocultar el enojo que le causaba, que todo policía que no la conociera se la confundieran con cualquier civil. Desde que había comenzado a trabajar como inspectora había dejado de vestirse con uniforme. Su apariencia, con jeans apretados, remera y una campera. Su cabello recogido en una cola atada a la nuca, las puntas del pelo desmechadas y aclaradas.  Poco maquillaje, sólo delineador de ojos negros que hacían aún más atractivos sus inmensos ojos marrones de mirada profunda. Baja estatura, labios finos y boca pequeña, igual que su mentón, cejas delgadas y delineadas; la hacían aparentar menos edad que los 33 que acababa de cumplir hacía una semana.  

Los bomberos de la Policía Federal sacaban el cuerpo cuando Evelyn se acercó, miró su rostro blanco y oscuro. Se detuvo en el corte del cuello que ya estaba con cáscaras de sangre, inmediatamente levantó la mirada y con señas moviendo la cabeza indicó que continuen su paso, llevando el cuerpo embolsado a la ambulancia con destino a la Morgue Judicial. El comisario que terminaba de declarar a la prensa, se acercó a ella.

-Todo muy raro, un muerta en la alcantarilla, es la primera vez que sucede semejante caso. 

-¿Cómo descubrieron el cadáver?

-Los barrenderos a la madrugada vieron la tapa de hierro corrida y con el reflejo del sol vieron en el fondo, el cuerpo desparramado de la víctima.-el comisario se tapó la boca con un pañuelo para estornudar. – A simple vista a la mujer no le han robado nada, tenía efectivo, la billetera con toda la documentación y un celular… parece un cuadro de venganza o crimen pasional.

-¿Como se llamaba?

-Mercedes Arias, 35 años. Ya mandamos analizar las últimas llamadas y todo indicio que nos pueda dar el celular. La mujer era empleada del Banco Intercontinental.

-Quién la mató, sea por la razón que sea, quiso que la encontremos. si no, hubiera puesto la tapa, y las ratas se hubieran ocupado de hacer desaparecer toda evidencia. imagínese ¿cuánto tiempo podría pasar hasta que alguien alguna vez se mete acá adentro? Solo huesos se encontraría. 

Evelyn se alejó del comisario, comenzó a mirar el suelo, los ventanales del los bancos que hay de cada lado. En la zona, no había ninguna cámara de seguridad. En ese instante le suena el celular, Germán, su novio le había enviado mensaje diciéndole “Me enteré que te asignaron el caso de la mujer en la alcantarilla. Que tengas una buena jornada en tu regreso al trabajo. Te Amo”. Guardó el celular solo poniéndole un emoji con ojos de corazón. Caminó hasta su auto y por el vidrio del parabrisa observaba toda la situación: Los móviles de los canales de televisión con sus antenas satelitales, los periodistas hablando a cámara, la muchedumbre de los transeúntes, el linyera durmiendo en la esquina entre cartones, las palomas revoloteando entre los árboles de la Plaza de Mayo y las cornisas de los edificios. Encendió el auto, dio marcha atrás, colocó primera y se fue de la zona lo más pronto que pudo aprovechando la onda verde de los semáforos.

Dejó estacionado el auto a mitad de cuadra, bajó del auto y caminó hasta al bar de la esquina. Mirando por la ventana, sintió que el mozo se le acercó y sin mirarlo le pidió un café negro con dos tostados de Jamón y queso. Su mirada estaba ida entre la gente que pasaba por la vereda, la mujer que hacía mandados, el chico con guardapolvo tomado de la mano del padre que llevaba su mochila. el diariero, una moto que pasó a toda velocidad, un auto que frena rechinando las ruedas, bocinazos, el rostro del cadáver de Mercedes, las palomas revoloteando y un hombre con pasamontañas que saca un revolver con silenciador y la apunta. Se sobresalta en su silla con la respiración agitada y angustiada, el mozo le estaba sirviendo la mesa. La realidad se le había mezclado con recuerdos de hace instantes con sucesos vividos en carne propia. Tomo el café amargo de un sorbo, dejó el dinero sobre la mesa, agarró el tostado que se fue comiendo mientras caminaba hasta el auto.

En la Morgue sus pasos hacían eco en el pasillo largo y en penumbras de paredes azulejadas. Entró al cuarto por la puerta vaivén, donde el cuerpo yacía sobre una camilla de aluminio. Se acercó a Claudia Leguizamon, la médica forense que con guantes de látex, examinaba el cuerpo.

-Que día para reincorporarte al trabajo – Dijo Claudia mirándola – con lo que te gustan los periodistas y el barullo…

-Tuve suerte, estaba Nuñez, a él le encanta figurar en cámara… ¿hay alguna información?

-El homicidio fue cerca de las once de la noche por el estado del cuerpo. Sus dedos presentan faltantes de carne y piel, esto puede ser, por las ratas de las cloacas. Lo llamativo es que pudo haber muerto del corte en el bajo vientre y de la yugular, pero es curioso que la ropa no este tan manchada de sangre, como si al cortarla no hubiera desangrado. Se que suena contradictorio.

-¿Decís que alguien le quitó la sangre antes?

-Suena descabellado, pero si….

En ese instante se abre la puerta de la sala, entra  Núñez acompañado del inspector Gomez.

-¿Se  sabe de algo? – preguntó el comisario estornudando – La alergia me va a matar uno de estos días.

-Se puede decir que la mujer murió por los cortes que tiene en el cuello y en el estómago, el arma parece que es una navaja por el tipo de corte, la profundidad es de unos 5 centímetros. -Dijo la forense.

-Nosotros tenemos las primeras pericias informáticas – La mujer a las 23.10 abrió el Whatsapp, abrió el perfil de un tal Martin Strack, le envió un mensaje y lo borró. No podemos saber qué decía el mensaje, porque pasaron muchas horas y el mensaje se borra automáticamente de los servidores de la aplicación. Por otro lado, sabemos que Mercedes era ejecutiva de cuentas especiales del Banco. Según lo que dijo el guardia, del banco. Nunca antes la mujer se había quedado trabajando hasta altas horas de la noche. Por otro lado, ya fuimos al banco, conseguimos una orden express del juez, y hallanamos su oficina detectando que Arias, minutos antes de salir del banco, desde su computadora, había realizado una transferencia de 4 millones de dólares de una cuenta a otra no especificada al exterior en las islas Seychelles, paraíso fiscal ¿a que no saben de quién?

-Martin Strack…. – Dijo Evelyn con mirada pensativa

– Así es… – confirmó el comisario

Evelyn se le acercó a Gómez y a Nuñez. 

-Es la única punta que tenemos, necesitamos saber ¿quién es Martín Strack? ¿Porqué la empleada del banco mandó un mensaje a su cliente a altas horas de la noche? ¿porque hizo una transferencia millonaria en su nombre? ya necesitamos saber quién es este sujeto.