Como todos los días, con los primeros rayos de sol asomando por el horizonte, Abu Tesfaye, abre sus ojos, sabe que tiene que levantarse, que un nuevo día comienza, y deberá como siempre, ocuparse de lo más importante, su hogar, de su familia.

Los años le pesan, se siente cansado sin haber hecho nada aún, pero ser el líder en su familia, no es fácil. Una vez que se haya estirado, bosteza por unos largos segundos y estira todo su enorme cuerpo, y con sumo cuidado sin hacer ruido, sale de su lugar de confort, fuera de su hogar para contemplar el amanecer… le fascina, ver esos primeros destellos de un sol, que a primeras horas se le siente su temperatura.

La brisa matutina, es suave, y le llega a él como caricia en su rostro, piensa que será un hermoso día de verano, no hay nubes en el cielo.

El vecindario está tranquilo, deben estar despertando, muchos aún no se deciden por levantarse. Pero como es de costumbre deberán ocuparse primero y cuanto antes de los alimentos y luego de los quehaceres en sus casas.

Abu Tesfaye, es la cabeza de una familia numerosa, no solo debe ocuparse de su esposa y sus niños, sino también está a cargo de sus dos cuñadas y su suegra.

Pronto sus hijos despertarán  y la demanda de los menores activará al resto de su grupo, él saldrá a inspeccionar los perímetros de su morada para asegurarse de que todo esté en orden, mientras los chicos se asean, para luego darle las primeras enseñanzas del día.

Es importante que las clases se den bien temprano, los territorios son salvajes y los peligros acechan constantemente, sus hijos aún son torpes y no saben valerse por sí mismo, antes de que el sol se sitúe directamente sobre sus lomos, deben volver a su hogar, él solo no podría cuidar de sus hijos si alguien decidiera atacarlos, si solamente se encontrase caminando Abu, nadie se atrevería ni pensar siquiera en acercarse.

De vuelta en su residencia, los niños descansaran, mientras su esposa acompañada de sus hermanas y suegra, se encargan de la comida, ganarse el plato no es tarea fácil, el día anterior por falta de alimento, Abu decidió solamente alimentar a los menores y a las mujeres. Esperan tener suerte el día de hoy, la situación es complicada en todo el barrio. Salir más allá de sus territorios implicaría exponer a toda la familia a un viaje inseguro.

Al cabo de unas largas horas, con el sol ya doblando en el oeste, las mujeres vuelven con bastante alimento para todos, Abu se da cuenta que no ha sido fácil conseguirla, una de sus cuñadas camina con uno de sus miembros traseros lastimado, la herida es grande. deberá limpiarse cuanto antes para que las moscas no se posen en ella.

Como es de costumbre, se cena temprano, antes de la puesta del sol, al día siguiente con los primeros rayos se comenzará con la rutina.

Una vez finalizado con los estómagos llenos, las mujeres limpiaron a los niños y se encargaron de la herida de la cuñada de Abu.. Mientras el jefe de la familia, sale al exterior, para contemplar el sol poniente, tiñendo de rojo el cielo celeste, le encanta recibir los últimos cálidos rayos en su rostro, mientras el suave viento del sur lo acaricia en su rostro y su gran melena rojiza antes de irse a descansar junto a su esposa.