Gracias a una nota publicada en un diario ( que no recuerdo) en el 2017, conoci a Mariana Enriquez, donde le  daban el título como la gran promesa como del terror argentino. Compré el libro del que tanto hablaban, por ese entonces era su última publicación; Las cosas que perdimos en el fuego, de editorial Anagrama. Y por poco no me llevo  una decepción después de terminarlo. me pregunté dónde está el terror??. Deposite en ese libro mi confianza y en Enriquez el legado de Horacio Quiroga, para mí el mejor autor nacional que el género ha tenido, y no lo encontré.

No vamos a encontrar exorcismo,  fantasmas mortales, ni asesinos seriales  tenebrosos. Porque el terror no pasa solo por lo paranormal o escenarios demoníacos. Enriquez me enseñó que el miedo vive en la conciencia y en la mente de sus protagonistas. En la Locura, sin ser locos, la violencia doméstica y de género. 

Enriquez recurre todo el tiempo al terror que podemos hallar en personajes de carne y hueso, en los vecinos, en los pasajeros de un tren o de la parada de un bondi. .

Todas sus historias son contemporáneas donde se deslumbra un gran interés en un contexto hiperinflasionario de fines de los 80. Los cuentos  están contados en primera y tercera persona. hablan muy del sentir femenino. El rol y mandato social con el estereotipo convencional, el hartazgo del matrimonio o la convivencia,  las drogas, y la violencia que no necesariamente es física. Los estratos sociales, la pobreza y la clase media.

Tuve mi segunda lectura hace poco tiempo y la relectura me habla de una autora, periodista, que desde su ficción busca dejar documentado historias costumbristas que duelen, perturban. Porque el terror queda claro que vive entre nosotros en el día a día y todos podemos de algún modo ser protagonistas de alguno de sus cuentos.