I
Los medios de comunicación del mundo hablan…
— Estamos frente al Congreso, los manifestantes autoconvocados y organizaciones de todas partes de la provincia como así también de la ciudad, a pesar de las normas informadas en la última cadena nacional, hechas por el señor Presiden… — la periodista es interrumpida —
— ¡¡¡Queremos seguridad!!! — dijo una manifestante. — ¡¡¡ estamos cansados de vivir encerrados y que nuestros dirigentes no hagan nada por nosotros !!!…
— ¡¡¡Nos estamos muriendo!!! — dijo otro autoconvocado.
— … La fuerza policial está realizando un cordón, evitando que los manifestantes puedan avanzar … — dijo la periodista
…CLICK…
— …”ÚLTIMO MOMENTO” …. reiteramos !! según información directa del vocero presidencial, el primer mandatario esta tarde enviará un comunicado donde comenzaría a las cero horas de esta noche un toque de queda..
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— … 230 días son los que llevan desde que comenzó el enfrentamiento bélico que tiene en vilo a toda Europa, la facción occidental Franco-Alemana del continente, ha enviado más tropas terrestres por la antigua República Checa hacia el sur de lo que fue Polonia…
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— … A 600 días desde que comenzó la pandemia, el virus se propagó y muto velozmente alrededor de todo el globo, las organizaciones y los grandes estados, se encuentran trabajando arduamente para encontrar una cura, o por lo menos una vacuna que frene la infección…SHHHHHHHHHHHH… los habitantes se encuentran aislados, una nueva mutación de esta variante, produce en los seres vivos comúnmente en las persona que estas tengan un bloqueo neuronal, y sus células mueran, teniendo una descomposición en vida, pierden toda razón, solo buscan infectar y comer carne…
…CLICK…
— …Los muertos están vivos gritan las personas…, desde el estudio según recomendación del estado en el último comunicado del señor Presidente, solicita que toda la población se quede en sus casas, que por favor no salgan…
II
En el conurbano bonaerense, al día siguiente de una manifestación, con represión, los Perez, una familia tipo, amanecieron “distintos”, ellos se perciben distintos, diferentes al resto de la población, entre ellos mismos se entienden, se identificaban, ya no hablaban el mismo idioma que hace doce horas atrás, ya no distinguían olores, incluso no respiraban, pero ellos vivían, pero sí sentían hambre, mucha hambre y sed, intentaron calmar esa necesidad con agua, leche, frutas, galletitas, pero le provocaba nauseas hasta vomitar, se sentian descompuestos como diabetico sin azucar. Tenían la necesidad de comer, pero no sabían que, hasta que vieron al gato gordo, peludo y pesado de los Petrov, era de una raza azul ruso, que se volvió muy gordo después de la castración. El “Sr. Gorbachov” (así se llamaba el felino) después de hacer sus necesidades matutinas,visitaba a los Perez para buscar su “desayuno”, como estos no tenían mascotas, no les molestaba tenerlo como visita, una vez alimentado volvía a su hogar para echarse a dormir como todo un rey, pero esa mañana de primeros días de otoño, el Sr. Gorbachov tendría que haber orinado en su caja de higiene, ¿pero cómo iba a saberlo?. Oscar (el padre de los Perez) encontró al gato caminado sobre la mesada esperando ser alimentado, sin sospecha que él sería el desayuno de sus queridos vecinos, el animal se defendió como pudo asestando un par de arañazos en el rostro de Oscar, hasta que este le arrancó la cabeza del cuerpo con sus dientes,con una parte del animal en sus manos, mastica la carne, y saborea ese jugo delicioso que sabe a metal que salía de la carne cada vez que lo apretaba con sus molares, el cuerpo decapitado yacía en el suelo perdiendo sangre, pedro, el menor de la familia se abalanzó sobre el charco a beber la sangre aún estaba tibia ,el resto de la familia se unieron como perros hambrientos.
Una vez acabado el plato, solo Oscar comenzó a recorrer la casa yendo a todos lados sin sentido chocando con los muebles, las paredes o cualquier cosa que se encontrase en el medio, con la vista perdida en diferentes puntos, mientras los demás permanecían en el lugar. Oscar oye un sonido que ya no podía identificar y lo intenta seguir hasta la puerta de entrada, era un helicóptero que paso volando bajo, veia pasar sombras por la vereda, a través de las ventanas, alguien se detiene y llama dos veces el timbre, Oscar le responde con golpes lentos y pesados cerrando el puño contra la puerta, Oscar le habla, pero la persona del otro lado no lo entiende, de repente la puerta se abre con una furiosa patada arrojó a Oscar al suelo, y con movimientos lentos se vuelve a parar extendiendo una mano con intenciones de alcanzar al intruso, un soldado de la guardia civil, realizando un conteo de civiles, este por el susto repentino, solo llegó a desenfundar su arma y dispararle en el pecho, este cae por el impacto de las balas, el uniformado apresuradamente cierra la puerta y marca a la casa con una faja de cuarentena “PROHIBIDO INGRESAR – PERSONAS INFECTADAS” rezaba el cartel. Días más tarde serían bautizados como los 23923 (altura de su domicilio), siendo 23923/1 Oscar, 23923/2 Mirta, y los niños 23923/3 y 23923/4.
III
— ¿Te enteraste lo que les pasó a los Perez? — Le decía Mabel (la chusma de la cuadra) a su marido Ricardo.
— No… ni idea — le respondió desinteresadamente
— ¡¡Aayyy gordo !!, no te puede no interesar las cosas que pasan en el barrio…
— Pero para eso estás vos… — Mabel lo interrumpe.
— ¡¡¡Shhhhh !!!! Callate dale… te voy a contar.. — Ricardo revolotea los ojos resignado
— ¡¡¡Dale contalo de una vez!!!…
Así fue como Ricardo se enteró que su vecino de enfrente fue cuarentenado junto al resto de su familia, Ricardo se quedó atónito, con la noticia, ¿A quien le voy a pedir herramientas? se preguntaba, era con Oscar con quien se llevaba mejor de todos los vecinos. Miro a través de su ventana hacia enfrente y vio la casa de “oscarcito” como a veces lo llamaba, en total oscuridad, con la faja de seguridad en la puerta. El hombre se sentó en el medio de su sillón de tres cuerpos y estiró sus piernas sobre una mesa ratona y se dispuso a mirar un partido de fútbol, mientras que Mabel preparaba unas milanesas fritas.
IV
Los días pasaron y para ese entonces todos los vecinos se enteraron lo sucedido con la familia Perez, algunos sintieron lastima por los cuatro, pero en especial por los menores, el barrio se reunió en varias ocasiones para decidir que se podía hacer con la casa y con los miembros del 23923 de la calle Videla. Algunos vecinos propusieron incendiar la casa sin que las autoridades se enterasen, otros un poco más humanos, sugerían dispararles en la cabeza como en las películas, pero nadie era tan valiente, porque al fin y al cabo aún son personas, pero todos coincidian que se tenía que hacer algo, que tenerlos encerrados a la larga o a la corta era un riesgo, no se los podía retener, el barrio corría un gran riesgo y no querían eso para los suyos.
En la última asamblea barrial, uno de los vecinos, Pablo Friedman propuso realizar la primera idea, incendiar la casa con todo adentro, pero solo lo podrían realizar si la policía no interviniera al asunto, quienes estén de acuerdo tendrían que acceder a poner una suma que callara y cegara al departamento policial que tenía jurisdicción en la zona. Firedman ya tuvo conversación previa con el comisario
— Justo el judio del barrio propone eso… ¡¡¡Aaayy!! … — dijo un vecino, cuando lo interrumpe un codazo de su mujer en las costillas.
— ¡¡Callate que te pueden escuchar!! — le susurra su esposa, y él encoge los hombros.
Algunos dijeron que sí, otros no estaban tan convencidos, no por desembolsar una suma de dinero, sino por lo moral, por asesinar a una familia, pero la sangre es más fuerte y para proteger a los suyos, no hubo negación. Ya solucionado el primer punto de la cuestión que debía de ser la más difícil, faltaba solucionar dos cuestiones, quién lo haría y cuando.
Pablo Friedman dijo en la reunión a los pocos vecinos que accedieron a dar el pago a la policía, que según la conversación mantenida con el comisario, este le pidió que tiene que ser antes del fin de semana, que tenía franco e iba a desaparecer unos días con la familia y no quería que lo interrumpieran para nada, asi que deberia ser entre este martes y el viernes por la tarde
— ¡¡¿Quién nos garantiza que no vamos a quedar pegados con esto?!! — Gritó un vecino desde el fondo.
— El comisario nos dio su palabra, si pagamos tenemos hasta el viernes la zona liberada, ellos se encargan de que el ejército tampoco pase hacer su control semanal — dijo Friedman.
— ¡Hagámoslo cuanto antes!… — decía otro vecino.
Todos acordaron realizarlo el miércoles por la noche, pero es importante que el resto de los vecinos que no hayan participado de la reunión y no haya querido acceder a pagarle a la policía, no debería enterarse de cuándo ni cómo se procedería.
V
Guillermo Petrov, estaba secando los platos de la cena, que su esposa lavaba, mientras que su hija de diez años estaba en el living comiendo el postre mientras miraba un rato más de televisión, su reality de canto favorito.
— Enana un rato más y a la cama, mañana es jueves y hay colegio — dijo Guillermo.
— ¡¡Si papito !! — mientras se metió una cucharada en la boca.
— Si queres anda sacando la basura, que yo termino con esto.. — dijo la esposa a Guillermo.
Guillermo sacó la bolsa del cesto y la ató con doble nudo para asegurarse que no se abra, busco las llaves de la casa que estaban colgadas en el portallaves cuando se disponía cruzar el marco de la puerta para ir al exterior, Marianela lo llama.
— ¡¡Paaaaaapi!!
— Si mi amor, ¿que paso?
— Todavía no aparece el Sr. Gorbachov, lo extraño… — puso cara de triste.
— Son así los gatos, a veces se van y vuelven a los días, cuando sienten hambre, te prometo que lo vamos a buscar.
— ¡¡¡ Gracias papito hermoso !!! — dijo mientras se puso de pie y salió al encuentro con su padre para abrazarlo y darle besos en la mejilla y recalcar cuanto lo amaba. — Yo también te amo hija… — dijo mientras salía con la bolsa de basura.
La noche estaba muy silenciosa, el cielo completamente estrellado, Guillermo miró a su alrededor y todas las casas con las luces encendidas, y otras apagadas, en el momento que regresa a su casa, por la vereda pasa Pablo Friedman y con el dedo índice le hace un gesto de silencio a Guillermo, éste baja la vista e ingresa dentro de su casa.
— ¿Qué pasa amor? — le preguntó su esposa que lo vio con cara de preocupación.
— Nada… no se.. paso recien Pablo por la puerta de casa y..
— ¿Que Pablo?
— El judio… — le dijo Guillermo
— Ayyy no le digas asi !! pobre..
— ¿¿Pero si es Judio, como le voy a decir ??
— Bueno, no sé… ¿Y qué pasó con Pablo?…
— No no se.. paso y me dijo que no diga nada, estaba raro… algo van hacer.. — ambos se miraron y no dijeron nada, Su esposa se llevó a la niña a su habitación para cambiarla, Guillermo salió a su patio trasero a fumar antes de acostarse, parado sobre una columna Guillermo terminaba su cigarrillo, y no dejaba de mirar su pared medianera del fondo que lindaba con los fondos de los Perez, estaba oscuro, en silencio, aun no podía creer lo que les paso, “eran buena gente pensaba”. Se acerca a los fondos cerca de la pared para tirar la colilla en un rincón y en modo de susurros comenzó a llamar.
— Chis chis chis… Gorba… gatito… Gorba !!.. — lo interrumpe un leve sonido desde el interior de los Perez, se queda paralizado, se sube a un macetero que tenía pegado a la pared y con la ayuda de sus manos se trepó a la misma para observar, entrecerró sus ojos, frunciendo un poco su ceño, como si de esa manera agudizara la vista, pero el patio trasero de los 23923 estaba completamente en penumbras.
— Chis chis chis… Gorba… gatito… Gorba !!.. — repetía muy despacio. — gato tonto ¿donde estas?…
VI
En las inmediaciones a la casa de los Perez, por los terrenos linderos, un grupo de vecinos trepan paredes y cruzan techos para llegar al área en cuarentena, algunos llevan palos, uno tiene una escopeta y otros combustible en botellas y bidones. La otra facción de residentes se encuentra en la calle cerca de esta, esperando el momento de actuar todos juntos y no llamar la atención del resto de los habitantes que decidieron no participar. Pablo Friedman el capitán asignado por todo el grupo espera detrás de un árbol frente a la familia 23923.
Un vecino que vive a dos cuadras se encuentra próximo a los Perez por el techo, y ve a Guillermo Petrov, colgado de la medianera y le habla bajo con cuidado de no ser escuchado por el resto del grupo.
— Guille.. guille !!!.. ¿Qué haces acá?
— ¿Qué haces che?.. buscando el gato de mi hija, desapareció hace unos días, venía por acá a comer siempre… ¿Qué haces en el techo?…
— ¿No te enteraste del arreglo con la policía ? — preguntó el vecino
— Si.. me llego algo.. no sabia que vos estabas metido en esto…
— Tengo miedo, todos, en realidad, y no quisiera que a mi familia le pase algo.. nadie hace nada.. che Guille en cualquier momento llegan los demás y esto va arder..
— No.. no.. está bien, no te preocupes, solo quería ver si estaba el gato.. nunca desapareció por tanto tiempo y no se que decirle a mi hija..
— Dale pasate un rato… cualquier cosa te chiflo — dijo el vecino
— Gracias !!
Guillermo Petrov, cruza la medianera y cae en cuclillas en el césped de los Perez, las luces de la casa apagadas y el jardín en total oscuridad.
— Chis chis… chis chis… Gorba.. — dijo Guillermo mientras busca y revuelve las plantas, arbustos y unas cajas viejas.
— Guille !! guille !! — susurrael vecino desde lo alto en el techo — ahí vienen los demás, apurate !!!..
Desde el otro extremo aparecen vecinos que saltaron desde el techo a una de las paredes linderas y caen en el jardín cuarentenado, al verlo a Petrov se miran y se preguntan qué está haciendo ahí, si él no estaba en la reunión.
— Tranquilos muchachos.. ya me voy, buscaba el gato de mi hija… — Caminando de espaldas tropieza con unas cajas apiladas cerca de la puerta y estas caen sobre la abertura que comunica el lavadero con el jardín, el vidrio de esta se raja formando diminutas telas de arañas, Guillermo cae sentado y se toma el huesito dulce, quejándose.
— Boludo no hagas ruido.. Shhhh.. !!! — dijeron los vecinos llevándose el dedo índice a la boca.
— Perdón.. perdón !!! — dijo Guillermo
— ¿Estás bien? — le preguntó José
— Si.. si.. no es nada…
El resto de los vecinos llegaron y encontraron levantándose del suelo a Guillermo, todos bajan se acomodan y comienzan a rociar combustible por las paredes, por las plantas, otros preparan bombas Molotov.
VII
Oscar, se encuentra en el living de su hogar, de pie, inmovil, observa un punto fijo en la pared, una silueta que pasa por la ventana, desvía su atención, luego otra sombra pasa en sentido contrario, le parece raro, camina a pasos lentos y cortos hacia la puerta de entrada, el resto de su familia se encuentra dispersa por diferentes habitaciones de la misma. Un golpe fuerte se oye en los fondos del inmueble, un vidrio se raja, Oscar se da media vuelta y sigue el ruido.
Oscar cruza el living, pasa por la cocina, donde se encuentra infectada de moscas y olor a descomposición, los insectos vuelan por todos lados del ambiente, pero la mayoría se concentran en los restos del Sr Gorbachov, la fetidez, lo envuelve y le provoca hambre, una sensación que no la puede calmar con nada, se desespera, sus pasos se aceleran, camina por un pasillo que conduce a los baños y al lavadero, escucha voces, varias, que ya no las reconoce, su apetito crece, su ansiedad también, pero a su vez teme, por él y su familia, pero el perfume de estas personas es más fuerte, los susurros de los individuos que se encuentran en su jardín son más nítidos. Ya en el cuarto de lavado, observa la puerta de vidrio, con el cristal completamente astillado a punto de desplomarse.
Mirta la infectada 23923/2 que se encuentra en el baño, ve pasar a su esposo por el pasillo y lo sigue a pasos lentos. a través del vidrio rajado, ven próximo a esta la silueta de un hombre levantándose del suelo y otros varios alrededor a unos metros de distancia, el aroma de su carne fresca es más intensa, el matrimonio no puede contener las ganas de morder, masticar, de sentir la tibia sangre bajar lentamente por el esofago, sentir ese gusto metálico. El apetito es muy fuerte, ellos entienden que son personas, conscientemente lo saben, pero sus células, neuronas, músculos los impulsan a lo impensado. Ya se encuentran a breves pasos de la puerta.
VIII
2 HORAS ANTES:
— Hola a todos.. Buenas noches.. muchos nos conocemos pero igual me presento.. Mi nombre es Pablo.. Pablo Friedman — dice, y luego toma un vaso de agua.
Todos los vecinos que accedieron a intervenir esa misma noche en la casa de los Perez, están reunidos en la casa de Pablo Friedman, en su living, organizando cómo será el ataque a la vivienda situada en la calle Videla 23923, quienes actuarán por los fondos del terreno y quienes por el frente.
— Todo debe ser en conjunto, es muy importante, tratemos de no llamar la atención, con la policía ya está todo arreglado.
Todo el grupo de vecinos en silencio escuchando al capitán, muchos con nerviosismo. otros también con miedo.
— Una cosa más.. y es muy importante, tengan mucho cuidado, cuidense, recuerden que el contagio es instantáneo, no pueden salir de esa casa… — Un vecino levanta la mano. — ¿Si? decime… — dijo Pablo Friedman.
— ¿Podemos dispararle?… digo.. en caso de que sea necesario ¿no?..
— Si.. solo si es necesario, no creo que haya problemas…
— ¿Cuánto tiempo tenemos? — preguntó otro vecino. —
— Tenemos toda la noche, hasta las 6 de la mañana… — Respondió Pablo Friedman.
Todos los vecinos estuvieron de acuerdo, no hubo ninguna objeción, una vez decidido los integrantes de ambos equipos, abandonaron la vivienda de su capitán y cada uno se fue a su hogar para preparar lo necesario.
IX
Oscar con un golpe de sus manos hace estallar el vidrio de la puerta que conduce al jardín y se abalanza sobre Guillermo Petrov quien se encuentra, inclinado mientras se sacudía el polvo de sus pantalones, ambos caen al suelo, cubiertos de resto de cristal, el resto de los vecinos que se encuentran en el lugar rociando combustible, cayeron de susto, mojándose con líquido inflamable y apoyándose contra las paredes con miedo de ser alcanzados.
Oscar no lo puede evitar, su hambre es más fuerte que él, no quiere herir a nadie, pero su cuerpo es quien manda, su cerebro ha perdido funciones, estando sobre Guillermo, en el suelo, lo muerde en el hombro, arrancándole un pedazo de carne y la camisa, Petrov lanza un desgarrador grito de sufrimiento, la sangre comienza a brotar en cantidad, uno de los vecinos que se encuentra más próximo a la situación, le encesta un golpe con un palo en la cabeza al dueño de casa, cayendo este de espaldas, Guillermo se levanta con esfuerzo y mucho dolor y se aleja del lugar en sentido a la pared limítrofe a su casa. Mirta sorprende al vecino que golpeó a su marido en la cara, arrancándole parte del labio inferior y tomándolo por el cuello, la víctima logra zafarse a los gritos revoleando el palo en todas las direcciones, mientras que con una mano se tapa la cara.
El vecino que se encuentra en el techo con la escopeta le dispara a Mirta, por el impacto del disparo queda tendida contra una pared.
— ¡¡¡ Apuremonos!!!… — grito el dueño de la escopeta.
Los que estaban preparando las bombas Molotov, encendieron las mechas y las arrojaron dentro de la casa. Oscar a pasos acelerados se abalanza a un grupo reunido de vecinos en un rincón con Molotov y bidones de combustible, el hombre con el arma de fuego le dispara por detrás a Oscar, quien cae boca abajo a unos pasos de ellos, pero el disparo también alcanza a otros que estaban allí y a los bidones y bombas, que estallaron con velocidad encendiendo a los portadores, provocado que el fuego se disperse rápidamente por el jardín, los hombres ardiendo con las llamas en su cuerpo, corren gritando, y encendiendo todo a su paso. Guillermo que se encontrara con mucho esfuerzo y dolor trepando la medianera, es alcanzado por la llamarada y cae al otro lado.
El pequeño grupo quedó reducido y acorralado por el incendio, las llamas van en aumento y devorando todo a su paso.
X
Pablo Friedman, desde el otro lado de la calle, frente a la casa de los Perez, escucha el disparo de lo que él reconoce como una escopeta, y hace unas señas agitando sus manos, a los demás integrantes de su equipo para que comiencen con lo pactado. Los vecinos que se encontraban en las cercanías, escondidos listos para actuar., corren agachados escondiéndose entre los vehículos estacionados, hasta llegar a la entrada de la residencia, ya una vez dentro del jardín frontal del lugar, agazapados esperan la llegada de su líder, que entra velozmente con un bolso en sus manos.
Se oye un segundo disparo, Pablo se pone nervioso y le comienza a transpirar y temblar las manos, impidiendo que abra rápido el bolso, los demás expectantes de las órdenes de Friedman.
— ¡¡La puta madre!!… algo pasó… — dijo mientras conseguía descubrir el cierre de su equipaje. — ¡¡¡vamos,!!!… ¡¡vamos!!.. Hagámoslo rápido, preparen todo, cuando estén listos rompan los vidrios de las ventanas y tiremos las bombas….
El grupo de secuaces, obedecen las órdenes del capitán y con palos, martillos y otros con piedras, logran romper los cristales de las aberturas, con cuidado de no cortarse. Una vez terminado, se dispusieron a preparar las bombas Molotov.
— ¿Listo?.. ¿tienen todo? — Preguntó Pablo Friedman, y todos asintieron con la cabeza, acto seguido al unísono, arrojaron las bombas dentro de la casa, y salieron corriendo a toda prisa, cada uno en dirección distinta al otro, sin quedarse a ver cómo ardía la vivienda, según lo pactado una vez que todos hayan terminado se reunirían en la casa de Pablo, como cuartel general de operaciones vecindarias.
El fuego creció a velocidad sorprendente creando llamas gigantes que algunas escapaban por las ventanas.
XI
En la casa de los Petrov, su esposa que estaba en el patio escuchando los disparos y los gritos, no solo de su marido, sino también del resto del grupo, ve cuando su pareja cae de la pared, gritando y las llamas quemando las piernas próximo a alcanzar el torso, desesperada acude a él apagando el fuego, viendo sus piernas ampolladas y carbonizadas. Guillermo no deja de quejarse del dolor de sus miembros inferiores y de su hombro, que no deja de sangrar.
— ¡¡¡AMOR!! ¿¿¿¡¡¡QUE PASO.. ¡¡¡QUÉ PASÓ!!!??? — le pregunta su esposa
Guillermo, cierra los ojos y se queda dormido.
— ¡¡¡AYYY POR DIOS, NO NO NO!!!.. ¡¡¡ POR FAVOR NO TE DUERMAS!!!…
Silvia realiza un grito corto y ahogado…
XII
Los vecinos atrapados en el jardín con desesperación intentan escapar, trepando por las paredes sin importar a donde conducen, el fuego les va cerrando el paso, su compañero que aún se encontraba en el techo con su escopeta, se desespera al ver que las llamas sofocantes impiden que sus colegas puedan salir del infierno, Sin poder tirarle una soga o estrechar la mano.
— ¡¡¡AUXILIOOOO!!!… ¡¡¡POR FAVOR AYUDANOS, SACANOS DE ACA!!! —gritan los vecinos atrapados.
Oscar y Mirta aparecen entre la llamarada por diferentes flancos, sorprendiendo al pequeño grupo, los infectados envueltos en llamas caen sobre los individuos, mordiendolos mientras los queman vivos.
El sobreviviente que quedó en el techo como espectador, disparó una vez de su escopeta sin saber a qué darle y desapareció a toda prisa, asustado y apesadumbrado.
Los gritos de desesperación y agonía desaparecieron, escuchando sólo el crepitar del fuego.
XIII
Al cabo de unos veinte minutos más tarde, gracias a una llamada anónima, llegan los bomberos para socorrer el domicilio 23923 de la calle Videla, actuando con velocidad, ahogando las llamas que consumieron el inmueble a cenizas, antes que estas se esparzan provocando daños en las viviendas linderas.